- Por Manuel Viera Flores, Presidente de la Cámara Minera de Chile
Es difícil creer lo que está ocurriendo hoy en Chile y el manoseo irracional que se le está dando a su minería, por las últimas medidas emitidas por la Convención Constituyente y recientes declaraciones de las autoridades que afectaron la confianza empresarial y crean gran incertidumbre en el mercado.
Si hay algo que Chile hace bien es la minería, reconocida mundialmente como la mejor del mundo. Pero el apetito de los países para estudiar y buscar mayor recaudación con la política fiscal y su relación con la renta generada en las industrias extractivas se justifica porque, en no pocos países desarrollados y en vías de desarrollo, sobre todo en América Latina, gran parte de sus ingresos fiscales proviene de la renta que se genera en la explotación de recursos naturales no renovables, tal es el caso de Chile y Perú, curiosamente los dos más grandes productores de cobre del mundo están evaluando subir los tributos en base a Royalty. Para tener cierta claridad respecto a la nueva ley de Royalty es imperativo hacer un análisis en base al menos en 3 ámbitos:
- El ámbito normativo y tributario
- El ámbito económico financiero
- El ámbito técnico operacional
Veamos los ámbitos: la pregunta clave aquí es: ¿Cuál es el punto de equilibrio entre una buena recaudación para el Estado y también para el inversionista privado? Esa es la pregunta que debemos hacernos y buscar ese punto de equilibrio que garantice certeza jurídica y tributaria. ¡El resto es música!
Hemos dicho reiteradas veces que nuestra Cámara Minera está disponible con sus expertos técnicos para plantear soluciones coherentes con la realidad mundial, sin limitar la inversión y el crecimiento sostenido, en mi última columna ya expuse algunas propuestas como el “Depletion allowed”, y la filosofía del economista Hotelling que no se toman en cuenta.
El pasado 15 de marzo, el proyecto de ley en segundo trámite constitucional que establece en favor del Estado una compensación denominada Royalty Minero, por la explotación de la minería del cobre y del litio, fue despachado por la Comisión de Minería del Senado a la Comisión de Hacienda, con algunos cambios, pero en la misma línea del inicio con un gravamen sobre las ventas de los minerales.
Como recordarán fuimos muchos los expositores que pasamos por esa comisión de la Cámara Alta, unos a favor de la iniciativa y otros no. Como Cámara Minera de Chile, planteamos una propuesta diferente, por cuanto nos parece que la iniciativa es el camino perfecto para que diversas compañías que operan en el país no puedan continuar con sus faenas.
Veamos algunas incongruencias de esta ley: La rentabilidad sujeta al pago del Royalty depende del precio del cobre y su camino browniano, también depende de los “value drivers” inherentes de la industria, esto es, la ley del cobre o litio “Run of mine” y la recuperación metalúrgica, además no incentiva el aumento de la producción y más proyectos de expansión que tanto Chile necesita para por fin superar los 6 millones de toneladas anuales.
Aquí hay un dilema perverso que no se ha tomado en cuenta, si se aplica el Royalty del 3% es exactamente lo mismo que bajar la ley media de un yacimiento a ser explotado. Las leyes de los minerales actualmente son muy bajas entre 0,3 a 0,6% en promedio de la industria comparado con países como Perú, Australia o Canadá. Si se baja un 3% la ley media, se necesitará subir la ley de corte, que es aquella ley que intenta salvaguardar la rentabilidad del negocio”. ¿Cuáles son los impactos en el ámbito operacional? Muchos yacimientos de baja ley no lograrán superar el “break even point” e irremediablemente deberán cerrar o ese proyecto de inversión no se realizará, disminuye la vida útil de la mina, y reduce el inventario de reservas mineras, la rentabilidad del negocio solo se podrá sustentar exclusivamente por los vaivenes de los ciclos y contra ciclos del precio del metal, lo que genera un alto riesgo asociado a la inversión, entonces el VaR o valor en riesgo es fundamental para un inversionista.
Por ello, dentro del ámbito económico financiero la componente de rentabilidad dependerá del precio del Cu; y el factor ad Valoren dependerá de la producción. La debilidad aquí es que no se considera la estructura de costos. Tampoco, considera la capacidad de pago ni las nuevas inversiones o reinversiones para, al menos, mantener la capacidad productiva de las faenas mineras, lo que se traduce en un desincentivo para la inversión, que es la que genera empleos de calidad, entonces técnicamente podemos decir que es un mal proyecto que no permite emplear todos los ámbitos de manera justa para lograr una mayor recaudación para el Estado.
Lamentablemente no se escucha a los técnicos y especialistas de la economía minera y el mayor impacto será en la imagen país, y en el tipo de régimen de estabilidad que dé certeza jurídica y tributaria suficiente y necesaria para seducir las inversiones de largo plazo y mantener a Chile como un país serio y una mejor región para invertir.
Si bien, en el documento enviado a la Comisión de Hacienda, en cuanto al régimen de cobre indica que: “Tratándose de los explotadores mineros del cobre, el componente “ad-Valorem” de la compensación corresponderá al 1% de las ventas anuales de productos mineros de cobre para el caso de empresas mineras que produzcan menos de 200.000 toneladas métricas de cobre anuales. Para el caso de las empresas mineras que produzcan más de 200.000 toneladas métricas de cobre al año, la compensación se aplicará de la siguiente manera, dependiendo del precio promedio anual del cobre, registrado según las cotizaciones de la Bolsa de Metales de Londres: (a)Corresponderá al 1% de las ventas anuales de productos mineros si el precio promedio fuese menor o igual a US$2.25 por libra. (b) Corresponderá al 2% de las ventas anuales de productos mineros, si el precio promedio fuese mayor a US$2.25 por libra. (c) Corresponderá al 3% del total de las ventas anuales, en el caso de que el precio promedio supere los US$3.50 por libra”.
Nuestra propuesta de aumentar el Impuesto Específico a la Minería y mantenerlo en el tiempo, aportaría muchos más recursos a las arcas fiscales que la del Royalty, el que además podría incorporar impuestos regionales que incentiven la instalación de industrias y fábricas de bienes dentro de la misma carga tributaria. Con ello, es claro que habría un incentivo para invertir en las regiones; aplicar el concepto de Depletion, Factor de agotamiento, para buscar el punto de equilibrio que genera valor justo para el Estado y para el inversionista.
Hemos realizado varias metáforas en mis últimas columnas destinadas a llamar la atención a nuestros legisladores y autoridades para mejorar la nueva ley de Royalty tales como: matarán la gallina de los huevos de oro, o consideran a la minería como vaca lechera, entonces ponemos aquí la última metáfora, el canibalismo que ocurre cuando un animal se come a su cría para alimentarse y preservar la especie como el oso perezoso, aquí todos pierden.
Ahora, hacemos el llamado a los Honorables senadores que integran la Comisión de Hacienda, a pensar en el largo plazo, ya que esto se puede transformar en “pan para hoy y hambre para mañana”. Si las compañías quiebran o se van del país, habrá responsables por matar la gallina de los huevos de oro transformándose en un oso perezoso.