- Por Juan Carlos Guajardo, Director Ejecutivo de Plusmining
La descarbonización ya está haciéndose patente en un mayor consumo de materias primas. No es una cuestión del futuro, sino del presente.
Un ejemplo de ello lo podemos ver en un automóvil con motor eléctrico, que requiere el doble de cobre que uno convencional. Esto, sumado al consumo en aplicaciones del metal en construcción, tecnología y otras, posicionarán a este metal como una materia prima cuya demanda se mantendrá en crecimiento. Buena noticia para el país.
Sin embargo, el precio dependerá finalmente del equilibrio que se vaya generando entre la oferta y la demanda, así como las situaciones coyunturales que ocurran pudiendo su precio fluctuar en gran medida en el período de un año. La guerra en Ucrania sirve como un buen recordatorio de estos factores.
El 2022 comienza con el empuje de la recuperación que las principales economías consumidoras de cobre tuvieron en 2021, gracias a la batería de estímulos fiscales y monetarios que permitieron sortear la severa recesión de 2020 producto de la pandemia.
En el caso de China -el principal consumidor de cobre del mundo- seguirá liderando el crecimiento mundial en 2022 aunque afectada por la desaceleración, producto de factores internos como problemas de logística en la distribución de bienes ocasionados por la pandemia, la crisis en el sector inmobiliario y el consumo interno. Sin embargo, las autoridades chinas han anunciado medidas que apuntan a un estímulo económico moderado que ayudará a contrarrestar la tendencia a la baja.
En cuanto a la oferta, se espera que la producción de cobre de mina se expanda en torno al 3% en este año, donde Chile, principal productor del mundo, se mantendría con una producción similar que en 2021. Perú, el segundo productor, tendría un alza de 12,4%, mismo caso para otros países importantes en la producción del metal, aun reflejando la recuperación por las detenciones del Covid en años pasados.
Así, en base a las proyecciones de oferta y demanda, se esperaba un mercado del cobre con un leve déficit en 2022, que ante eventos abruptos en las condiciones de oferta tendrían impactos relevantes en las expectativas del precio.
La guerra entre Ucrania y Rusia ha tenido una serie de repercusiones que han impactado y seguirán influenciando el mercado del cobre. Occidente ha respondido a Rusia con severas sanciones económicas y con el cierre del mercado europeo y de Estados Unidos a Rusia, que es un país con grandes recursos naturales, que destaca en paladio, gas natural, carbón, petróleo y oro entre otros, pero también es un actor relevante en el mercado del cobre, donde representa un 4% del mercado.
El conflicto ha repercutido enormemente en el precio de los hidrocarburos, del gas natural y del petróleo, por lo que, incluso teniendo mayores precios, hay que considerar que los costos puedan aumentar también de manera importante, mientras que las cadenas de suministro se mantendrán presionadas por el costo del flete internacional impactando al comercio de manera transversal.
La sequía ya ha golpeado a la minería que ha tenido que ajustar sus perspectivas de producción conforme se hace evidente la falta de agua disponible. También aumenta la inversión en soluciones como plantas de impulsión de agua de mar y desaladoras para permitir la continuidad operacional y la sana convivencia con las comunidades y los entornos que las acogen.
La posibilidad de una nueva constitución que modifique fuertemente la realidad en que operan las empresas mineras en el país, es un riesgo latente que hay que considerar en un año donde oferta y demanda de cobre se encuentran muy ajustados. Cambios en materias como royalty, regulaciones ambientales, en el marco jurídico o propiedad minera podrían impactar en la producción nacional.
Otros riesgos provienen de nuestro país vecino y segundo productor mundial de cobre, Perú, que no ha solucionado los conflictos entre las comunidades indígenas y las empresas mineras. Una de las minas que se encuentra atravesando por graves problemas con las comunidades es Las Bambas, una gran mina de cobre que representa cerca del 2% del suministro mundial.
En suma, partiendo de un mercado en equilibrio, los acontecimientos coyunturales aumentan la incertidumbre en el mercado del cobre, haciendo que los países consumidores del metal acumulen inventarios en la primera mitad del año. Esto mantendrá presión en el mercado del metal rojo. (Corp.Alta Ley)