- Por Tomás Buttazzoni Director de Minnovex
Entrando en el mes de la minería, resulta interesante dimensionar la importancia de esta actividad para Chile, y pensar en sus apasionantes desafíos.
Chile produce un tercio del cobre mundial, y mantiene casi un cuarto de sus reservas para el futuro. La minería representa el 15% del PIB nacional, el 20% de los ingresos fiscales, y el 30% de la inversión extranjera directa.
A nivel mundial, la industria minera experimenta el aumento estructural -no coyuntural o cíclico- de la demanda de cobre y otros metales, producto de la transición energética, la electromovilidad y la expansión digital.
No hay ningún otro sector o industria que tenga, ni de cerca, tanto peso, en tantos aspectos de la vida económica de este país.
Si queremos mantener nuestro estatus de principal productor mundial de cobre, nuestro deber es aumentar significativamente la producción en faenas existentes, y desarrollar nuevos proyectos, de grande, mediana y pequeña escala. Y todo lo anterior, haciéndonos cargo de los aspectos que ponen en riesgo la viabilidad y legitimidad para actuar de la minería: uso y consumo de agua, vinculación con comunidades, impacto ambiental, emisiones, inclusión, y atracción de talento.
Las distintas tecnologías son herramientas para abordar estos desafíos, y las empresas y universidades, agrupadas en Minnovex, un aliado en ese camino.
Durante el pasado trimestre, en Minnovex elaboramos nuestros lineamientos estratégicos para el año 2025, constatando que entre nuestras principales fortalezas están la gran diversidad de saberes, prácticos y académicos, capacidades tecnológicas, técnicas, y de producción que, combinadas bajo distintas formas de asociación, joint venture y otras, dan lugar a potentes proyectos y soluciones, vitales para continuar en el camino de hacer de la minería una actividad sustentable, eficiente y segura. Es un ecosistema de innovación que hoy cuenta con más de 50 socios.
La creación de valor, la innovación, y la anhelada complejización de nuestra economía, no se da sólo desarrollando productos a partir de cobre fino (en esto tenemos desventajas competitivas frente a otras economías). También, y en mayor medida, se da aguas arriba del proceso minero, inventando, desarrollando y creando una mejor minería.
Y en esto Chile tiene capacidades de clase mundial, pudiendo medirse con actores globales en áreas como la ingeniería, el diseño y fabricación de equipos y maquinaria, desarrollo de software, integración con la comunidad, y creación de mejores procesos de obtención de cobre.
Tan sólo observemos la invención del Dr. Igor Wilkorminsky, académico de la Universidad de Concepción que, tras 20 años liderando un grupo de investigación metalúrgica, generó un nuevo paradigma para el procesamiento de concentrados de cobre empleando hidrógeno verde ¡cero emisiones y cero residuos! Por estos días se le otorgó la patente de invención correspondiente.
Esta iniciativa, rupturista en minería, tiene por delante un largo camino de desarrollo, y para su oportuno éxito, necesariamente va a requerir el esfuerzo y aporte de empresas, estado, universidades, entidades financieras y, sobre todo, talento que atraiga a los más jóvenes, e integre a los más experimentados. Un ecosistema como el de Minnovex, seguramente contiene más de un factor catalizador para que esta y otras tecnologías, vean la luz en el menor plazo posible. (Fuente: Minnovex)