- Por Patricio Cartagena D. Secretario General de la Cámara Minera de Chile.
La exploración minera es la base del negocio y a partir de ella, es posible el desarrollo sostenible del sector minero y, por ende, del país.
Cochilco en su Catastro de Empresas Exploradoras 2023, indica que en Chile existen 101 compañías que poseen proyectos de exploración, de las cuales 88 son junior, 7 son medianas y 6 tipo estatal u otro tipo. El origen de estas compañías es Canadá y Australia, siendo su principal fuente de financiamiento la emisión de acciones en bolsas de valores especializadas en minería y exploración.
Además, señalan que se identificaron un total de 226 proyectos de exploración, el 31% de los proyectos se encuentra en etapa generativa / básica, 52% en etapa de seguimiento y solo un 17% en etapa avanzada, y donde más de la mitad de estos tiene como mineral objetivo el cobre (53,1%), seguido del oro (25,7%) y en tercer lugar el litio (10,6%).
Cochilco informó también, que el presupuesto de exploración en Chile, el que incluye al segmento major, alcanza los US$832,7 millones y una participación del 6,52% en el presupuesto a nivel global en 2023. Señalaron que este monto representa un incremento de 13,8% en relación con el año 2022.
¿Es esto suficiente para garantizar una adecuada matriz de recursos y reservas mineras en el largo plazo?
Claramente esto no es suficiente y menos aun garantiza un desarrollo sostenible de una minería para los próximos 50 años.
Ello, principalmente porque esta exploración es “brownfield”, que permite descubrir nuevas reservas o ampliar yacimientos conocidos, que ya están en operaciones, sin embargo, para el futuro del país y de la minería, lo que necesitamos es exploración nueva, en áreas no descubiertas, en la modalidad “greenfield”, que aporten nuevos proyectos, con reservas y recursos mineros, que adicionan tonelaje y ley de mineral.
Como Cámara Minera de Chile hemos manifestado públicamente la necesidad de un Plan Nacional de Exploración, que considere un esfuerzo público-privado de recursos y actividades, para nuevas campañas de mapeo y sondajes, la facilitación de esta actividad, con permisos y autorizaciones acorde al tamaño de los proyectos y con incentivos tributarios para las inversiones, solo así, se podría acelerar y ampliar la cantidad de potenciales proyectos mineros que necesitamos.
Es imperioso que esto se haga, por cuanto se requiere aumentar la producción de minerales críticos, y, específicamente de cobre, ante el aumento de la demanda que se ha proyectado para unos años más, especialmente para la electromovilidad y las nuevas tecnologías para combatir los efectos negativos del cambio climático. Allí esta nuestra gran ventana de oportunidades.
A lo anterior hay que sumar la reactivación del sector, que también cuenta con una importante cadena de valor, desde profesionales como ingenieros en minas, geólogos; expertos ambientales, entre otros; empresas colaboradoras como de perforación, servicios a campamentos; y diversos trabajadores que suelen ser parte de esta actividad.
Esperamos que en este 2024 se transforme en una prioridad la exploración minera en nuestro país, para dar un nuevo impulso al sector, pensando a futuro contar con nuevos proyectos de diversos minerales que permitan mantener la competitividad de la actividad; que genere nuevos empleos en las diversas regiones y que sean un aporte al aumento de la producción.
¡Vamos por más exploración minera para nuevos proyectos!