- Por Manuel Viera Flores, Presidente Cámara Minera de Chile.
En una entrevista reciente, Ricardo Hausmann, economista y director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, contradice a varios connotados economistas a nivel mundial diciendo: “el aparato productivo puede tirar de la educación, pero la educación no puede empujar al aparato productivo. Da varios ejemplos, como el caso de China, que en 1960 tenía un nivel de educación mucho más bajo que Túnez, México, Kenia o Irán y, sin embargo, logró crecer a tasas mucho más altas que ellos. Este mito en donde Chile nombra a Finlandia como modelo de educación, y con ello se logra más rápido un crecimiento parece solo un mito. Con ello, Chile tiene un gran reto: usar su gigantesca industria minera para empujar el carro del crecimiento a través de tener más recursos en la formación de más y mejores profesionales. Entonces, necesitamos una estrategia de crecimiento que nos haga más productivos, dejar de vender solo materia prima y confiar en los cerebros de la próxima generación para industrializarse mediante nuevos liderazgos de la mano de la IA, robotización, IoT, learn machine, entre otras, y así podamos generar los recursos necesarios para invertir más en la educación de la próxima generación digital robotizada, que pueda atreverse a crecer más en la metamorfosis del conocimiento”.
¿Pero, por qué Chile no crece? ¿Qué falta? La gran incertidumbre existente, producto de las reiteradas reformas tras reformas, sobre todo en los aumentos desmedidos de los impuestos -a falta de ideas, es fácil a través de los impuestos recaudar los recursos que el Estado necesita-, sumado a la falta de confianza de los inversionistas y empresarios chilenos, han generado un dilema perverso en el famoso juego empresarial.
Chile ya no es el modelo económico anhelado por los países de LATAM. También, se esfumo el milagro económico chileno, se frenó bruscamente el crecimiento y todo el mundo está inquieto. Pero, la minería no destiñe con tanta incertidumbre y ha dado una gran alegría al país, pues en el último informe de Cochilco se anunció un aumento en la inversión en minería en cerca de 84 mil millones de dólares. Es decir, por fin Chile recuperó la memoria de ser el Campeón Mundial de la Minería, sin embargo, no todas son buenas noticias, pues mucha de esta inversión es para ampliación o reponer reservas, lo que deja en claro la falta de nuevos proyectos; y eso es grave dentro de la economía minera, ya que, en cierto modo, se está hipotecando el futuro del liderazgo del país.
Chile es y será el motor del crecimiento y el desarrollo socioeconómico. Nuestras autoridades deben entender esto y no seguir poniendo trabas a la inversión de nuevos proyectos. El crecimiento de la minería en Chile enfrenta una serie de limitaciones que pueden ser clasificadas en varias categorías, desde aspectos económicos hasta sociales y medioambientales. Veamos algunas de las principales limitaciones:
- Excesiva burocracia estatal y cambios en las reglas del juego
- Excesivos permisos y Autorizaciones: La obtención de permisos para nuevos proyectos mineros puede ser un proceso extenso y complejo, lo que ralentiza el desarrollo de nuevos proyectos.
- Cambios Regulatorios y reformas: La incertidumbre respecto a cambios en las normativas ambientales y reformas laborales puede desincentivar la inversión en la minería.
- Gestión del recurso hídrico es crítico por las prolongadas sequías
- Presión de las comunidades y opinión publica trae preocupaciones sobre el impacto ambiental de la minería.
- Las tensiones entre las comunidades locales y las empresas mineras pueden resultar en protestas y conflictos, lo que puede limitar el desarrollo de proyectos.
- La economía y su dependencia del cobre genera cierta vulnerabilidad y expone al país a la volatilidad de los precios en el mercado internacional, de modo que el presupuesto de la nación es aleatorio.
- Costos Operativos al alza, sumado a la caída de las leyes de los minerales, minas más profundas, rocas más duras produce vulnerabilidades a la rentabilidad de las operaciones.
- Invertir en automatización y tecnologías avanzadas, para mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos con sustentabilidad reduciendo el impacto ambiental es crítica, que requiere un capital significativo aumentando CAPEX.
- Transición a Energías Renovables es el reto futuro
- Existe variabilidad en Políticas Públicas, por cambios en las políticas gubernamentales, especialmente, en el contexto de la discusión sobre la nueva constitución y el estallido social generan incertidumbre, que ha desincentivado la inversión en el sector.
- Cambio climático y descarbonización de las operaciones unitarias es el desafío de la industria
- Mayor inversión en innovación, adaptando nuevas y mejores tecnologías, pero desarrollándolas in house, evitando depender del exterior.
Para que la minería sea nuevamente el motor del crecimiento requiere Políticas Monetarias y Fiscales prudentes, manteniendo un ambiente macroeconómico de estabilidad, control de la inflación y sostenibilidad fiscal. Esto puede generar confianza en inversionistas nacionales y extranjeros. También, hacer Concesiones y Asociaciones Público-Privadas, fomentando alianzas para financiar proyectos y atraer inversiones extranjeras. Contar con una estrategia que facilite la inversión en minería sustentable es clave.
En resumen, la Cámara Minera de Chile apuesta por un crecimiento del 5% anual en Chile a partir de 2026 requiriendo un enfoque integral que combine políticas macroeconómicas estables, inversión en capital humano, diversificación de la economía y sostenibilidad; además de producir más cobre y litio es prioridad de estado. Enfrentar y resolver estos desafíos permitirá a Chile aprovechar mejor su potencial y fomentar un crecimiento robusto y sostenible encontrando el rumbo perdido.