Por
Patricio Aguilera
Gerente general del Centro Nacional de Pilotaje (CNP)
Durante este mes se han dado a conocer que las exportaciones mineras crecieron un 6,2% entre
enero y octubre de este año versus un decrecimiento de -9,9% de las exportaciones no mineras en
el mismo período. Esta información es significativa, ya que indica, entre otras cosas, que gracias a
los productos mineros comercializados al exterior ingresaron al país US$ 31.400 millones en dicho
lapso, hecho que demuestra que la minería es, por lejos, el gran impulsor del desarrollo de Chile.
Un aspecto adicional y que será parte de los análisis futuros, es que, durante estos tiempos de
pandemia del Covid 19, la industria minera está asumiendo un rol protagónico, logrando
amortiguar la caída de la actividad económica y evitando que fuera más significativa. Gremios
como la Sonami han vaticinado que el sector será clave para la recuperación económica y la
generación de empleos.
Eso será así. Las inversiones en proyectos mineros auguran una reactivación económica relevante.
Según las promisorias cifras informadas por la cartera de Minería, el portafolio de proyectos
mineros al 2023 tiene una proyección de más de US$17 mil millones de inversión, que generarán
más de 33 mil empleos. Y para la siguiente década se proyectan unos US$ 74 mil millones de
inversiones mineras.
Estas son buenas noticias para Chile, sobre todo en medio de un escenario de pandemia. Pero
también abre interrogantes ¿nos durará esto para siempre? ¿cómo asegurar la sustentabilidad de
la minería y potenciar la riqueza de su capital humano? Sabemos que los grandes desafíos de la
minería son la generación de conocimientos, innovaciones, desarrollos y adopción de tecnologías
en materia de digitalización, automatización, competitividad y sustentabilidad, etc. Existe un
consenso en la industria que el futuro de las operaciones mineras va ligado a la tecnología y a la
sustentabilidad de sus operaciones.
El camino al desarrollo tecnológico minero es una gran oportunidad para las empresas chilenas
que generan innovación, al tiempo que un desafío colectivo donde todos tienen que hacer su
parte: Estado, universidades, centros de innovación, inversionistas, mineras. Cada uno tiene un rol
y el Centro Nacional de Pilotaje también.
En este esquema diverso y complementario de generación de valor, el CNP se constituye como un
engranaje de carácter científico técnico, cuyas capacidades expertas y procesos seguros
contribuyen a hacer posible la validación de nuevas tecnologías que desarrolla el ecosistema, en la
búsqueda por resolver los complejos desafíos de la minería. También es en este espacio donde
todos los actores estamos llamados a poner nuestro mayor esfuerzo para hacer que la industria
minera siga siendo un motor para el desarrollo de Chile y el bienestar de todos sus ciudadanos y
ciudadanas. (Fuente: Newsletter noviembre CNP).