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La pandemia cambió la forma de relacionarse entre compañías mineras y comunidades

  • En Webinar de la Cámara Minera de Chile los participantes coincidieron en la urgencia de obtener la licencia social antes de iniciar un proyecto.

 

La Cámara Minera de Chile realizó el VI Webinar Internacional: “Relacionamiento Comunitario, industria minera y Covid”, en el que expusieron Sandra Riquelme, ex Gerente de Asuntos Comunitarios Y Sustentabilidad del Grupo Cap; Ursula Weber, Gerente de Desarrollo Social y Comunidades, Cobre Chile en Anglo American; Juan Huenulao, Director Ejecutivo Fundación Trafkintun y al Director de la Cámara Minera de Chile, Jorge Castillo le correspondió esbozar las conclusiones.

El encuentro comenzó con la exposición de Sandra Riquelme, quien se refirió a la forma y los cambios que se deben generar en la relación entre empresas y comunidades. En su presentación: «Del dicho al hecho: reflexiones para un relacionamiento comunitario inteligente”, planteó la idea del relacionamiento inteligente y la minería inteligente, que es la capacidad amplia y profunda para comprender el entorno y darle sentido a las cosas para saber lo que hay que hacer y avanzar desde una relación paternalista a una inteligente.

En el primer caso, que se daba en hile antes de la década de los 90,  no existía una crítica al comportamiento social y ambiental de las empresas y esto fue mutando en lo que ella denominó «olas de relacionamiento”, que ha producido fuertes cambios en este ámbito en los últimos año. Lo primero fue la integración de trabajadores contratistas, lo segundo fue la gestión comunitaria, donde se empezó a negociar con las comunidades, porque los problemas de relacionamiento con éstas y con el medio ambiente se hicieron notar. Después surgió el concepto de Valor Compartido, que acuñó el estratega empresarial Michael Porter, donde las compañías y las comunidades deben trabajar juntas  para hacer realidad los proyectos y que éstos devengan en beneficios mutuos.

Finalmente, se ha llegado a una ola de relacionamiento donde los Derechos Humanos se hacen valer, imponiendo al Estado la regulación de este relacionamiento para que los derechos de las comunidades, de los trabajadores y del medio ambiente, sean respetados y los daños que pudieran surgir, sean debidamente reparados.  «Las empresas ya no pueden mirar hacia adelante por sí solas. Deben  privilegiar a sus trabajadores, a las comunidades y al entorno, para poder desarrollar un proyecto. En el futuro no podrán existir empresas exitosas si existe un relacionamiento consciente, conectado, comprensivo inteligente y de verdad”. Es fundamental dar un valor social”, advirtió la especialista.

En tanto, Ursula Weber explicó que, en el contexto de la crisis provocada por el covid-19, el trabajo de relacionamiento comunitario y de desarrollo social ha tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías, buscando mantener los vínculos y apoyar a las comunidades en estos momentos complejos desde el punto de vista social y económico, para seguir desarrollando programas y proyectos que sean atingentes a la visión de desarrollo de cada territorio, sin dejar de lado las necesidades inmediatas.

FUNDACIÓN TRAFKINTUN

El Director de la Fundación Trafkintun, Juan Huenulao, se refirió a la pre inversión social y desarrollo local, que son dos nuevos paradigmas y buenas prácticas que deben instalarse como parte de la política de relacionamiento comunitario en empresas que desarrollen inversiones en los sectores que exploten recursos naturales renovables y no renovables.

“Ambos conceptos vinculados entre sí, están inspirados en los principios del respeto y colaboración genuina hacia las comunidades que son impactadas por los proyectos, permitiendo entre otros objetivos, fortalecer y potenciar su organización social y sus capacidades instaladas  para enfrentar de mejor forma desastres naturales como la pandemia sanitaria que estamos viviendo a nivel global y mejorar su capacidad de desarrollo”, indicó.

La Fundación Trafkintun es una organización sin fines de lucro, orientada a promover y generar el intercambio de conocimiento para el beneficio de las personas, comunidades y la sociedad en general, concentrando sus esfuerzos en los grupos humanos con menores oportunidades de desarrollo. “En su origen fue un ceremonial colectivo del pueblo mapuche en el cual se intercambiaban semillas de distintas especies nativas y se enseñaba la ciencia de su cultivo. “De alguna manera, esto representaba la forma de vivir y trabajar colectivamente. Las grandes obras son colación de muchos para abordar desafíos comunes”, explicó Huenulao.

El representante de esta organización agradeció a la Cámara Minera de Chile, la oportunidad de mostrar la visión de los pueblos originarios frente a las empresas y a los nuevos proyectos sectoriales.  “Creo que la asctual crisis sanitaria ha mostrado también, la cara de la crisis económica, social y política que hoy enfrentamos. Ha hecho más visible y palpable los problemas de nuestra sociedad. Pero mi mirada es positiva. Las cdrisis crean oportunidades y creo que, en el ámbito de las relaciones comunitarias van a existir nuevas oportunidades para repensar e imaginar el futuro”, opinó Juan Huenulao.

CAMBIOS EN PANDEMIA

Al ser consultado por los cambios que se han  generado en la forma de relacionarse entre las compañías mineras y las comunidades a raíz de la pandemia, el Director de la Cámara Minera de Chile, Jorge Castillo, dijo que “no sé si cambió, pero de todas maneras se ha intensificado el apoyo y preocupación para con las comunidades por parte de las compañías mineras. Eso se ha notado, colocando el foco en aspectos sanitarios y apoyos en esa índole”.

Castillo agregó que, esta pandemia debe ser el eje de cambio para el modelo de relacionamiento que aún contempla algunos aspectos asistenciales. “El legado de las compañías debe ir en la línea de crear valor en ellas y ojalá hacer de las comunidades empresas locales en manufactura y sobre todo en el ámbito de las ERNC, desarrollando de pleno proyectos fotovoltaicos y eólicos – si cabe”.

En tanto, Sandra Riquelme indicó que en la lógica de su presentación ve que la crisis social instalada en octubre, primero y, luego la pandemia, nos obligan, desde la perspectiva del relacionamiento comunitario a transformar esta crisis en una oportunidad.

“Pero yo diría que en la ruta tenemos tres grandes ámbitos a los cuales responder. En primer lugar, responder. Esto quiere decir, ver hoy cómo estamos afrontando en el día a día y en la cotidianidad de las acciones el relacionamiento con pandemia incluida. Lo que tiene que ver con que observamos un mayor control de terreno, revisión de turnos, etc. Respecto de los cambios que se han producido en el relacionamiento, creo que esta pandemia nos obliga a repensar y a cuestionar la cultura operativa de corto plazo, desde la que venimos transitando desde hace muchísimo rato”, precisó Sandra Riquelme.

Agregó que, desde esa perspectiva, según lo que está sucediendo, deberíamos tener en consideración varios puntos. “Lo primero, tiene que ver con una nueva forma de afrontar el reclutamiento y selección de las personas en cada una de las compañías; un segundo cambio importante es que, hasta ahora generalmente en la minería veíamos la salud y la seguridad como un trabajo fundamentalmente para el contingente interno, tanto propio como contratista. Sin embargo, hay un cambio a partir de la pandemia que obliga como compañía a tener un foco de las comunidades que nos acogen.  El tercer punto, que me parece relevante, tiene que ver con la manera en que nos comunicamos y relacionamos con las comunidades. Vamos a necesitar una innovación en cómo estamos manteniendo nuestra presencia, y un cuarto punto que para mi es muy relevante, es que todo lo anterior requiere necesariamente un equipo profesional de relacionamiento comunitario”, precisó.

RESPONDIENDO CONSULTAS

En la última parte de este webinar se dio pasó a un intercambio de opiniones entre los panelistas y algunos asistentes virtuales respecto del tema.

Juan Huenulao señaló que, al parece la pandemia ha tenido efectos positivos en la relación empresa comunidad. “Estos efectos se verán reflejados en el futuro, algunos de ellos son que se ha despertado la sensibilidad y empatía con la población más vulnerable que ha sido la más golpeada por la pandemia;  que los conflictos han tenido una pausa; y que ambas partes han comprendido que para superar la crisis sanitaria es indispensable actuar en conjunto, como una sola unidad, independiente de los objetivos de cada uno”, dijo·

Además, indicó que a juicio de la Fundación Tafkintun la situación de crisis sanitaria global ofrece nuevas oportunidades de mejorar la relación comunidad empresa, que en su mayoría de las ocasiones está basada en el asistencialismo y no en crear valor social en la comunidad para que ellas alcancen su propio desarrollo e independencia económica de los proyectos.

“Estos nuevos paradigmas permitirían ver,  considerar y colaborar con las comunidades para que se conviertan en socios estratégicos de los proyectos, integrándolos, por ejemplo, a la cadena de servicios de los proyectos, fomentando las empresas sociales y colectivas”.

Finalmente, Ursula Weber señaló que, dentro de los cambios está principalmente el uso de las herramientas de trabajo en línea, mayor comunicación telefónica y por redes sociales, junto con el desarrollo de más material audiovisual para compartir por WhatsApp y Facebook. “El desafío es poder aumentar la cobertura de estos contactos, para lograr una mayor representatividad de todos los actores y que los procesos de participación tengan legitimidad para todos”, señaló.

En tanto, cree que el  camino ideal para cumplir con los objetivos de ambas partes está en la colaboración y la transparencia. “Con estos valores es posible llegar a acuerdos y encontrar soluciones innovadoras para problemas comunes”, concluyó.

En resumen, los panelistas coincidieron en la importancia de dar valor social a las actividades que desarrolla una empresa, involucrando a las comunidaees desde la etapa previa al inicio de un proyecto.

Para Manuel Viera, presidente de la Cámara Minera de Chile, “estamos frente a una economía del bien común, caracterizada por una fuerte relación entre los político, social y económico. Esto se funda en la dignidad humana y el respeto al planeta y sus comunidades, además de una urgencia por reducir la huella de carbono. Debemos aprender a convivir con esos valores, la base de una verdadera economía circular, concluyó el dirigente”. (Fuente: Cámara Minera de Chile y S.R. Comunicaciones).

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