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Estudio de EY: Licencia para Operar sigue siendo el Riesgo N°1 para la Industria Minera
- La encuesta analizó las principales preocupaciones del sector minero, entre las que destacan productividad y aumento de costos y descarbonización y medio ambiente.
Si bien una pandemia como el Covid-19 ha afectado a todas las actividades a nivel global y está presente a través de todos los riesgos que se incluyen en la industria minera, la “Licencia para Operar” (LTO por sus siglas en inglés), sigue ocupando el número 1 del ranking, según el 13º estudio anual “Los 10 principales riesgos y oportunidades para la minería” desarrollado por EY.
Así lo dio a conocer hoy Eduardo Valente, socio líder para la Industria de Energía y Minería de EY Chile, durante una webinar realizada en conjunto con el Centro de Estudios del Cobre (Cesco).
“La pandemia de covid-19 es claramente el tema dominante para el informe de este año y seguramente va a afectar a todas las industrias en 2021 y el sector minero no es la excepción. Estamos viendo que algunos mercados están comenzando a dar muestras de una cierta recuperación económica, pero otros, en particular muchas zonas mineras importantes, siguen estando sumamente afectados por el virus. En este informe de 2021, nos centramos en los efectos del covid-19 en el sector, destacando cómo la pandemia ha acrecentado muchos riesgos, pero también ha creado nuevas oportunidades”, explicó Eduardo Valente.
El ejecutivo añadió que la principal fortaleza que ha demostrado la minería durante este año es la resiliencia. “Las empresas mineras lograron seguir operando con seguridad y foco en las personas a pesar de todas las dificultades logísticas y operacionales. Esto fue posible porque las empresas invirtieron en tecnologías de automatización, centro integrado de operaciones remotas y también tecnologías para testear y trazar posibles casos de covid19”, puntualizó.
RIESGOS A NIVEL LOCAL
Aparte de licencia social para operar, el ejecutivo destaca tres riesgos que particularmente son importantes para la minería del cobre nacional.
El reemplazo de recursos por la falta de nuevos descubrimientos y la menor inversión durante la última década es probable que deje a la industria en un déficit estructural. “Muchos depósitos nuevos tienen ley de cobre más bajo y requieren precios más altos para garantizar el retorno de la inversión. Es probable que el mercado del cobre tenga un déficit a largo plazo, ya que la oferta disminuye y la demanda aumenta como resultado de la transición energética. Con la incertidumbre constante, las empresas están priorizando la liquidez y la continuidad del negocio sobre la inversión en nuevos proyectos”, afirmó Valente.
Productividad y costos crecientes permanecen en el radar a medida que aumenta la complejidad minera. La disminución de las leyes del mineral y los costos de extracción más altos y los precios de las materias primas se ven presionados como resultado de la incertidumbre económica. Los altos costos de energía y mano de obra están reduciendo los márgenes. El impacto de covid-19 ha sido mixto, con algunas restricciones que imponen nuevos costos imprevistos y otras medidas que eliminan los silos que obstaculizan la productividad.
Descarbonización y agenda verde se encuentra en las prioridades de las compañías mineras, ya que los inversionistas tienen un enfoque claro en considerar los datos relacionados con medioambiente, sociedad y gobernanza (ESG) antes de tomar decisiones de inversión. La capacidad de los mineros para acceder al capital está muy influenciada por sus relaciones con la sociedad. Especialmente en Chile hay un foco en hacer mejor la gestión del uso de agua, así como reducir sus emisiones de carbono.
EL ESTUDIO DE RIESGOS
De acuerdo con el estudio de EY “Los 10 principales riesgos y oportunidades del sector minero nivel mundial – 2021 Mining & Metals, que involucró a más de 250 ejecutivos de la industria de la minería y metales, los 10 riesgos (del 1 al10) para la industria, que también representan oportunidades son: Licencia Social, Riesgos de Alto Impacto, Productividad y Costos, Descarbonización y Agenda Verde, Geopolítica, Agenda de Capital, Fuerza Laboral, Volatilidad, Digitalización y Datos e Innovación.
Específicamente, Eduardo Valente resaltó que el 63% de los encuestados señaló que la Licencia Social para Operar es uno de los tres principales riesgos que enfrentan las empresas. Por lo tanto, advirtió que las comunidades locales tendrán mayores expectativas en cuanto a la forma en que las mineras respetan los derechos de propiedad. Asimismo, un mayor compromiso con la comunidad se pondrá de manifiesto cuando se destaquen los problemas socioeconómicos post Covid-19. “Las mineras deberán colaborar con los gobiernos y las asociaciones del sector para ayudar a dar forma al mensaje de la contribución social y el valor que se deriva del sector minero”, advirtió.
Como resultado de esta encuesta, resulta entonces fundamental aplicar las lecciones aprendidas durante la pandemia del covid-19. “Es necesario comprender los problemas y preocupaciones específicos de la comunidad que afectan a las partes interesadas, realizar una revisión constante de esto y evaluar el real compromiso de la empresa con las comunidades locales”.
A su juicio, dar forma a un mensaje más sólido en torno al valor de la minería para la sociedad y la economía, incrementar el compromiso con los gobiernos para fomentar la inversión y gestionar de forma proactiva sus riesgos e impactos, son parte de los desafíos. “Es necesaria una visión integral y poner el foco en el desarrollo sostenible de la minería”, enfatizó.
RIESGOS DE ALTO IMPACTO
La encuesta de EY reveló también que, el 70% de los miembros del directorio de las empresas mineras consultadas dicen que sus organizaciones no están muy bien preparadas para hacer frente a un evento de crisis de alto impacto, como ha sido la epidemia de Covid. Aunque este tipo de riesgos tiende a ser poco frecuente, puede llegar a destruir una empresa. “Como este riesgo no es parte de la industria misma, es necesario replantearse el futuro. Es necesario revisar y planificar cómo enfrentar este tipo de riesgo y también la licencia para operar”, opina Eduardo Valente. Y agrega que, “existe una relación significativa entre la capacidad de una empresa para gestionar los riesgos de alto impacto y la licencia para operar”.
Eduardo Valente estima que existe hoy una mayor probabilidad de pandemias futuras y, por lo tanto, las empresas deben prepararse para estos riesgos de alto impacto, como es también la seguridad de los tranques de relave y los riesgos relacionados con el mercado, por ejemplo, la amenaza de sustitución, que siempre está latente.
¿Cómo desarrolla una empresa un enfoque para una crisis en la que las respuestas predefinidas no son adecuadas?, se pregunta Valente. Y responde de inmediato: “es necesario pensar en la respuesta para el presente, el mediano y largo plazo”.
El especialista de EY explica que, la respuesta inmediata definirá significativamente la empresa y su marca y por eso, es importante activar un equipo de gestión de crisis dedicado exclusivamente al problema, proteger a las personas y los activos, maximizar la liquidez y establecer líneas de comunicación con stakeholders. “Es clave comprender el nivel de interrupción y responder en consecuencia, actuando con rapidez y decisión”.
La siguiente etapa será volver a la nueva normalidad y pivotar “Es necesario realizar planificación de escenarios (Future Back) y comprender las posibles interrupciones a lo largo de la cadena de valor. Además, hay que establecer un centro de transición y transformación separado del equipo de gestión de crisis para liderar el regreso a la normalidad”, aclara Eduardo Valente.
Mirando hacia un plazo mayor, será importante replantear el futuro. “A medida que las empresas adaptan sus operaciones y crean resiliencia, necesitan un enfoque mejorado del riesgo, que abarque”. Para esto se requiere agilidad. La preparación digital garantizará la agilidad operativa con enfoques basados en datos y repensar la función de riesgo.
Eduardo Valente se explayó en cada uno de los aspectos de la encuesta señalando que, si bien la pandemia ha aumentado los costos hay que reconocer que ha creado importantes oportunidades para la innovación. “Sin duda, las soluciones innovadoras implementadas durante covid-19 tendrán un impacto continuo y positivo en la productividad de la mayoría de las empresas”, agregó entre otras conclusiones.