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Escenario de alta incertidumbre económica y política

Por: Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, SONAMI

Con ocasión de mi participación en la Conferencia Mundial del Cobre, organizada por el CRU, manifesté el rol clave e insustituible que jugará la minería en el periodo post pandemia en la recuperación económica del país. Ello no es solo un slogan, sino una evidencia real y palpable.

Nuestra industria, en este complejo escenario sanitario, ha demostrado ser resiliente y contar con una fuerza laboral madura que, no obstante la pandemia, ha continuado operando y aportando al desarrollo económico y social del país. Esto ha sido posible gracias a los estrictos protocolos adoptados por las compañías mineras y el compromiso y responsabilidad de sus trabajadores y trabajadoras, que se asienta en una cultura de seguridad fuertemente arraigada.

En un escenario de alta incertidumbre económica y política, también hemos tenido buenas noticias con el alto precio del cobre en el mercado internacional, que se ha mantenido por sobre los 4 dólares, lo que ha hecho a algunos expertos plantear la idea de que estamos viviendo un nuevo súper-ciclo, incluso hay quienes sostienen que el “cobre es el nuevo petróleo” y que prontamente marcará récords en su valor.

Nosotros somos más cautos y hemos sostenido que aún es prematuro hablar de un nuevo súper-ciclo. Sin embargo, creemos que es probable que estos buenos precios se mantengan al menos por 2 o 3 años, lo que, sin duda, es tremendamente positivo para nuestro país.

Sin embargo, hay nubarrones en el horizonte no solo por el proyecto de royalty minero, que avanza rápidamente en el Congreso, sino también por el debate constitucional que comenzará en los próximos meses.

Somos conscientes que un país puede revisar sus políticas y normas, pero esperamos que ese debate se haga un marco de prudencia y moderación, y altura de miras.

Desde el punto de vista minero somos una verdadera potencia mundial, pero esto no es producto del azar. Es evidente que toda esa actividad empresarial, dinámica y emprendedora, generada en Chile, fue impulsada por la promesa de un marco regulatorio cierto y estable y un ambiente de seguridad y respeto al Estado de derecho.

En Chile estamos viviendo un período de cambios acelerados, sin liderazgos claros y con ideas y expresiones que cubren todo el espectro político-ideológico. Como industria tenemos la noble, pero ingrata y difícil labor de defender los pilares que permitieron la construcción del parque productivo minero que hoy contribuye con más del 20% del PIB.

 

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