Columna de OpiniónDestacadosNoticias
Trending

Electromovilidad como herramienta de reducción de costos para la minería

  • Por Felipe Donoso, CEO de Enérgica City

Felipe Donoso, CEO de Enérgica City

Un estudio reciente de Deloitte mostró que la reducción de costos es uno de los principales desafíos que enfrenta la minería a nivel actual. En este escenario, la electromovilidad se posiciona como una gran oportunidad para alcanzar ese objetivo.

Como premisa, la electromovilidad es más barata solamente si se hace un buen diseño del «proyecto flota» a electrificar, junto con la confección de unas buenas bases de licitación. Si ya se cumple con esa condición básica, la electrificación de flotas permite reducir los costos entre las mineras por cinco razones principales.

En primer lugar, la electromovilidad suele implicar el uso de vehículos eléctricos (VE) o híbridos en lugar de la maquinaria diésel tradicional. El funcionamiento de los VE puede resultar más barato que el de los vehículos diésel porque la electricidad suele ser más barata que el gasóleo. Además, los VE son más eficientes energéticamente, lo que significa que pueden cubrir más distancia por unidad de energía en comparación con los vehículos diésel.

La segunda razón son los menores costos de mantenimiento que implica la electromovilidad para la minería. Los vehículos eléctricos suelen tener menos piezas móviles y transmisiones más sencillas que los diésel. Esto se traduce en menores necesidades y costos de mantenimiento para las mineras. Los motores eléctricos tienen menos componentes que puedan desgastarse en comparación con los motores diésel, lo que se traduce en menores gastos de mantenimiento y reparación a lo largo de la vida útil del vehículo.

En tercer lugar, se encuentra la mayor vida útil del automóvil. Los vehículos eléctricos suelen tener una vida útil más larga que sus homólogos diésel debido a la simplicidad de los sistemas de transmisión y al menor número de piezas móviles. Esto significa que las mineras pueden distribuir la inversión inicial en un vehículo eléctrico a lo largo de un período más largo, reduciendo el costo total por año de funcionamiento.

La cuarta razón son los incentivos fiscales y subvenciones. Muchos gobiernos ofrecen incentivos fiscales, subvenciones u otros incentivos financieros para fomentar la adopción de vehículos eléctricos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las mineras pueden aprovechar estos incentivos para compensar los costos iniciales de la compra de vehículos eléctricos o la instalación de infraestructuras de recarga.

Finalmente, se encuentra el cumplimiento de la normativa medioambiental. A medida que la normativa sobre emisiones e impacto ambiental se hace más estricta, las mineras pueden enfrentarse a multas u otras sanciones por utilizar maquinaria diésel que supere los límites de emisiones. Con la transición a los vehículos eléctricos, las empresas mineras pueden reducir su huella medioambiental y evitar posibles multas.

La electromovilidad se ha convertido en una urgencia para la industria minera, debido a los múltiples beneficios que ofrece al sector.

Artículos relacionados

Close