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El asalto regulatorio de Ottawa al sector extractivo y su impacto en la inversión
- Por Kenneth P. Green, Investigador principal del Instituto Fraser.
La inversión empresarial es un requisito fundamental para una economía próspera. Proporciona los recursos para establecer nuevas empresas, expandir las existentes e invertir en nuevas fábricas, maquinaria y tecnologías.
La inversión empresarial en Canadá ha disminuido notablemente durante más de una década. Es una de las principales razones por las que los niveles de vida canadienses se están estancando en términos absolutos y disminuyendo en relación con muchos países pares, en particular los Estados Unidos.
Uno de los factores detrás de la disminución de la inversión empresarial es la pesada carga regulatoria impuesta por el actual gobierno federal al sector de la extracción, que incluye: minería, canteras y petróleo y gas. Desde 1990, este sector promedió el 17,3 por ciento de la inversión total de empresas no residenciales, y alcanzó el 28,7 por ciento del total en 2013.
Pero la inversión empresarial en el sector extractivo (minería, canteras y petróleo y gas) ha disminuido sustancialmente desde 2014. De hecho, ajustada a la inflación, la inversión empresarial en el sector del petróleo y el gas ha disminuido un 52,1% desde 2014, pasando de 46.600 millones de dólares en 2014 a 22.300 millones de dólares en 2022. En términos porcentuales, la caída en la extracción de petróleo no convencional fue aún mayor, con un 71,2 por ciento, al pasar de 37.300 millones de dólares en 2014 a 10.700 millones de dólares en 2022.
No se puede exagerar la importancia de la inversión empresarial para la salud de una economía y el aumento del nivel de vida de los ciudadanos. Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la prosperidad canadiense son las barreras regulatorias, particularmente en el sector del petróleo y el gas.
Se necesita un análisis cuidadoso y claro de los costos y beneficios de las medidas regulatorias impuestas al sector del petróleo y el gas, incluido el proyecto de ley C-48, las recientes regulaciones sobre el metano y el límite de emisiones. Sobre la base de este análisis, las medidas reglamentarias deberían ajustarse para ayudar a mejorar la capacidad del sector energético canadiense para atraer y retener inversiones.