DestacadosEntrevistas

Dr. Schmidt: “La pandemia ha contribuido a que más tomadores de decisiones entiendan el valor y la utilidad del cobre como un metal estratégico”

  • El estudio publicado en el New England Journal of Medicine que el SARS-CoV-2 puede ser inactivado por las superficies de cobre. Esto es alentador y nuevamente refuerza el valor que el cobre puede ofrecer, sostiene el académico de la escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur.

El mes pasado, el Dr. Michael Schmidt fue parte de los expositores que participaron del webinar: “Nuevos usos del cobre frente a la llegada del COVID-19”, organizado por el Ministerio de Minería, la Corporación Alta Ley, Antofagasta Minerals y Voces Mineras, oportunidad en la que se refirió a los resultados de un estudio en el que participó el año pasado, el cual demuestra que las superficies de cobre pueden ser un gran aliado para reducir la carga bacteriana dentro de recintos hospitalarios, resaltando que las infecciones asociadas al sistema de salud representan uno de los riesgos más importantes para la seguridad de los pacientes, ocurriendo en 1 de cada 25 hospitalizaciones en Estados Unidos. “La investigación realizada en tres hospitales demostró que en habitaciones con superficies de cobre se redujo el rango de infecciones intrahospitalarias significativamente, de 11,8 a 4,8 por cada 1.000 pacientes al día”.

En esta entrevista publicada por la Corporación Alta Ley en su sitio web, el Dr. Schmidt nos cuenta más detalles sobre esta investigación y su visión a futuro respecto del cobre y su aporte en entornos hospitalarios.

DESDE LA ANTIGUEDAD
Papiros egipcios de los años 2000 a.C ya demostraban la efectividad del uso del cobre para fines medicinales y como un importante agente antimicrobiano. Se utilizaba para desinfectar heridas, almacenar el agua y luego para el tratamiento de diversas enfermedades. Hoy la pandemia que nos afecta vuelve a traerlo a escena y reconocidos estudios lo destacan como un metal clave para hacer frente este virus y a muchas otras enfermedades, sobre todo hospitalarias, que podría prevenir.

El cobre es y ha sido por miles de años un aliado para la humanidad. Así lo reflejan una serie de documentos que demuestran el valor que tenía para nuestros antepasados. Un antiguo texto médico egipcio, un papiro escrito entre 2600 a. C. y 2200 a.C, denominado papiro Smith, documenta el uso de este metal para desinfectar las heridas. En esta misma época, las mujeres descubren también la efectividad del cobre para transportar y almacenar el agua, ya que contribuía a que el líquido se mantuviera libre de los microbios responsables de la diarrea y coliformes. Años más tarde, el papiro Ebers, de ~ 1500 a. C., recomienda los compuestos de cobre para todo tipo de enfermedades, tales como dolores de cabeza, tratamiento de quemaduras y problemas dermatológicos, entre otros.

“El cobre es un verdadero regalo de la Madre Naturaleza en que la raza humana lo ha estado utilizando durante más de ocho milenios», asegura el Dr. Michael Schmidt, académico de la escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur y quien lleva gran parte de su vida investigando el tema de las propiedades antibacterianas y biocidas del cobre.

¿Cuál es la conclusión principal de su estudio publicado el año pasado sobre camas de cobre e infecciones hospitalarias?
Si bien los materiales de cobre registrados por la EPA son reconocidos por su capacidad inherente para reducir significativamente la carga biológica microbiana en las superficies de atención médica, hasta hace poco, las camas de atención médica que incorporan estos materiales no estaban disponibles comercialmente. Este estudio in situ comparó la contaminación relativa de las camas de la UCI equipadas con superficies de cobre con las camas tradicionales (de plástico). En promedio, las camas con cobre albergaban 94% menos bacterias y mantuvieron estos niveles de bajo riesgo durante toda la estadía de los pacientes. Los hallazgos sugieren que las camas de cobre antimicrobianos pueden facilitar los esfuerzos de control de infecciones y reducir el riesgo potencial de transmitir microbios asociados con las HAI (infecciones asociadas a la atención médica).

¿Podría mencionar algunos ejemplos de usos innovadores o particularmente interesantes del cobre para combatir infecciones en todo el mundo, principalmente en el contexto de la pandemia?
Uno podría ser el uso de telas con cobre para la fabricación de máscaras faciales. Sabemos que ocupar mascarilla puede reducir significativamente la transmisión del virus SARS-CoV-2. En un estudio realizado hace más de 10 años, descubrimos que la incorporación de óxido de cobre en mascarillas protectoras respiratorias les otorgó potentes propiedades biocidas anti-influenza, sin alterar sus propiedades de barrera física. La conclusión que los autores entregaron a la comunidad en 2010, fue que el uso de máscaras biocidas puede reducir significativamente el riesgo de contaminación de las manos o del medio ambiente y, por lo tanto, evitar infecciones posteriores debido a la manipulación y eliminación inadecuadas de las máscaras. Avancemos rápidamente hasta 2020 … ahora sabemos por el estudio publicado en el New England Journal of Medicine que el SARS-CoV-2 puede ser inactivado por las superficies de cobre. Esto es alentador y nuevamente refuerza el valor que el cobre puede ofrecer.

Si los estudios muestran que el cobre puede reducir las infecciones, ¿cuál es la razón principal por la que no se use más ampliamente en los hospitales en este momento? ¿Es el costo del cobre?
No es el costo del cobre lo que limita su aplicación, ya que podemos equipar adecuadamente una habitación de paciente con cama individual por un costo menor que el de un café Venti del Starbucks al día. Los problemas tienen que ver con la intención de incorporar una opción sin riesgo… con entender de que la adopción conducirá a una disminución significativa de las infecciones. Nuestro estudio demostró que podíamos reducir la tasa de infección en casi un 60% en la unidad de cuidados intensivos, pero la industria de la salud quiere más estudios, con la evidencia adicional de que cualquier inversión dará como resultado una reducción de la infección. Por supuesto que no hay garantías, pero sabemos que el cobre reduce continuamente la carga en el entorno y los microbios que causan infecciones, sin embargo, los gobiernos y la industria de la salud han sido reacios a financiar estudios adicionales.

Creo que el verdadero problema está en elegir invertir en estos equipos, ya que esto implica un costo de capital. Los hospitales, en general, optan por equipos que generan ingresos, más que en aquellos que ahorren costos. Sin embargo, aquí es donde el gobierno puede / debe / debería / dar incentivos a los hospitales por reducir sus tasas de infección en lugar de amenazarles con pagarles menos. Es complicado, pero no porque no funcione, sino porque existe una resistencia como consecuencia de que toda decisión implica un riesgo para la persona que toma la decisión.

¿Cuál es su visión para el futuro con respecto al uso de cobre en entornos hospitalarios? ¿Cree que debido a la pandemia veremos muchos más ejemplos de uso de cobre en hospitales en el futuro?
Sí, creo que la pandemia ha elevado la discusión y ha relevado el valor del cobre, ha contribuido a que más tomadores de decisiones entiendan el valor y la utilidad del cobre como un metal estratégico y de valor ancestral que nos puede ayudar a controlar la propagación de este virus mortal. (Fuente: Comunicaciones Corporación Alta Ley. www.corporacionaltaley.cl)

Tags

Artículos relacionados

Close