Cooperación internacional: oportunidades de crecimiento y desarrollo regional

• Por Raúl Eduardo Catalán Castro. Mg. PMP. Gerente general de CYTIES I&D

La trayectoria del proceso de internacionalización de la Región de Antofagasta iniciada en la década del 90’, representa en el actual contexto regional una oportunidad efectiva de poner en valor el conocimiento, las capacidades y las redes de cooperación, al servicio del bien público en materia de su crecimiento económico y de su desarrollo humano.

Hoy, cuando resurge el debate sobre la descentralización política y administrativa, los recursos para la financiación de la inversión pública y la consiguiente gestión de proyectos; se analizan los resultados de la región en los rankings y, en las diferencias de la ecuación, entre el aporte que genera a la nación y los retornos que recepciona, subyacen las brechas en las diversas dimensiones de la calidad de vida. Esto, sigue acrecentando la sensación de vulnerabilidad y fortalece los argumentos de la deuda histórica para la región más dinámica de cuyo desempeño gravitan los resultados económicos del país.

La tendencia global de internacionalización de los Estados Subnacionales desempeña un papel relevante en procura de formas de “integración subnacional descentralizada», constituyendo la posibilidad de ampliar las opciones de inversión pública regional en ámbitos estratégicos. Organismos internacionales como el Banco Mundial, la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas, la Comunidad Andina de Naciones y las Agencias de Cooperación Internacional de diversos países, disponen de recursos para la financiación de proyectos que tengan el mérito del bien público, la calidad de vida y el desarrollo.

Para ello, es necesario cumplir tres condiciones. La priorización de iniciativas y el análisis de los fondos internacionales; el fortalecimiento de la gestión de proyectos (infraestructura, logística, comerciales) y la generación de redes de cooperación interinstitucionales.

La realidad actual supera los atributos estructurales y obliga a pensar en la captación de recursos internacionales, la gestión de iniciativas de inversión y la conformación de redes de cooperación sustentables en una perspectiva de liderazgo, autonomía y gestión integral para el desarrollo.