- Por Edmundo Tulcanaza, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Mineros U. Münster/ NOVAIMS/UJI Herdecke, North Rhine-Westphalia, Germany.
Fue en el año 2002, en pleno Gobierno del Presidente Lagos que se inició la discusión en el país sobre cómo incorporar un segmento de la Pequeña y Mediana Minería en Chile en el área del mercado de capitales. Fue entonces tarea del ministro de Minería de la época, Sr Alfonso Dulanto Rencoret, quién mandató al Instituto de Ingenieros de Minas de Chile (IIMCh) preparar un texto, de hechura similar a otros textos internacionales, que permitiera informar públicamente sobre los recursos y reservas mineras del país. Fue así entonces, como el IIMCh me solicitó realizar esta tarea en un plazo de un año.
Con contactos sólidos que tenía con algunos especialistas de otros grupos internacionales que venían trabajando en la línea de las guías, códigos, y estándares en el área de la minería – en Australia, Canadá, Reino Unido, Sud África, y USA – me fue fácil interiorizarme de los principios que gobernaban estos estándares y códigos, así como tener acceso a los textos que ellos habían ya elaborado, aunque siempre estos textos en estatus de revisión.
La segunda acción realizada fue convocar a colegas involucrados en el área de la minería a lo largo de todo el espectro organizacional de la industria: empresas, universidades, consultores, inversionistas, e interesados. Fueron cerca de 25 organizaciones que enviaron sus representantes para más bien, revisar, lo que personalmente yo estaba preparando. El día 23 de Noviembre del 2003 entregué el Código para la Certificación de Prospectos de Exploración, Recursos y Reservas Mineras de Chile al Directorio del IIMCh presidido por el colega Sr. Leopoldo Contreras.
El proceso de tramitar este texto en el Congreso Nacional para convertirlo en una ley de la República tomó cinco años en los cuales el abogado, Sr. Patricio Cavada, colegas del IIMCh, junto a la secretaria ejecutiva de la Comisión, desplegamos continuos esfuerzos para lograr ese objetivo.
Así fue como el 31 de diciembre del 2007, la Presidenta del país, Sra. Michelle Bachelet promulgó la ley 20.235 que fundamenta y crea la Comisión Calificadora de Competencias en Recursos y Reservas Mineras para Administrar el Registro Público de Personas Competentes que, desde esa fecha, son las encargadas de Informar públicamente sobre los Recursos y Reservas Mineras de Chile. Es pertinente decir en este punto que, por la actividad desarrollada por Chile desde el año 2002, nuestro país fue admitido dentro de la organización internacional de estándares CRIRSCO desde el año 2004.
La Comisión Calificadora de Competencias en Recursos y Reservas Mineras, hoy conocida como “Comisión Minera” ha jugado un rol de liderazgo en Sud-América respecto de los estándares en la industria minera, al ser la primera en tener certificación de CRIRSCO (comité internacional dedicado a establecer la normativa internacional sobre recursos, y reservas mineras). También es del caso mencionar que, desde los esfuerzos iniciales por generar el Código Chileno hasta nuestros días, la Comisión Minera siempre ha tenido el apoyo del Gobierno de Chile y de sus instituciones vinculadas a la minería (Ministerios, Superintendencias, Bolsas de Valores, Universidades, y gremios mineros en general). Hoy, a 15 años de su fundación y con más de 400 profesionales calificados como Personas Competentes, la Comisión Minera se ha convertido en lo que fue nuestra idea original: servir como nicho internacional a los profesionales mineros chilenos para informar sobre los recursos y reservas mineras del país.
Los desafíos de la Comisión Minera y pienso, de toda la industria minera, está en lo que nos obliga el cambio climático en el sentido de aprovechar nuestros recursos y reservas mineras sin limitar ni menos dañar las necesidades de las generaciones futuras. Si de verdad se quiere materializar este concepto tendremos que cambiar algunos criterios y principios que, hasta ahora, han sido respetados profesionalmente pero que, con el vuelco que se cierne sobre la humanidad, nos obliga a buscar nuevos caminos para concretar estas nuevas exigencias. La Comisión debe estar muy atenta a estos cambios que se vienen y a liderar los nuevos desafíos de la industria minera.