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Chile cuenta con todos los factores a favor para convertirse en un referente a nivel mundial de minería verde
- Miguel Oñate, director Global de Desarrollo de Negocios para el segmento de Minería y Metales de Black & Veatch, dice que el paso principal para avanzar los grandes desafíos que plantea la PNM2050 es que el Estado establezca un plan de largo plazo que brinde la estabilidad que requieren las compañías mineras.
Potenciar la minería en el corto, mediano y largo plazo como el motor de desarrollo sostenible de Chile es el principal objetivo del anteproyecto de Política Nacional Minera 2050 (PNM2050). Esta política de Estado busca —en materia medioambiental— que como país seamos líderes del modelo de economía circular a través de la reutilización de residuos y uso eficiente de recursos, además de liderar la adaptación y mitigación al cambio climático logrando la carbono neutralidad del sector minero al 2040 y minimizar los efectos ambientales armonizando el desarrollo de la actividad minera con el medioambiente.
Asimismo, el eje económico de esta estrategia también considera planteamientos bien claros: ser líder mundial en la producción sustentable de minerales, fomentando la economía mundial baja en carbono y resguardando la salud de las personas y el ambiente; generar una industria de encadenamientos a la vanguardia en innovación y desarrollo, e incrementar la productividad sustentable y competitividad de la industria minera.
A grandes rasgos las metas por cumplir parecen prometer que como país lograremos ser referente en minería sustentable a nivel mundial, pero el verdadero desafío es ¿cómo las empresas pueden alcanzar y tangibilizar estas acciones?
UN PLAN DE LARGO PLAZO
Para dar respuesta a esta gran inquietud, Miguel Oñate, director Global de Desarrollo de Negocios para el segmento de Minería y Metales de Black & Veatch, destaca que “el paso principal para avanzar los grandes desafíos que plantea la PNM2050 es que el Estado de Chile establezca un plan a largo plazo que brinde la estabilidad que requieren las compañías mineras para avanzar en sus planes de inversión de tecnologías sustentables. Este plan no solo debe tomar en cuenta el factor financiero que implicará cada etapa del proyecto, sino que también debe considerar las condiciones sociopolíticas del país y la relación con las comunidades, ya que es a ellas a quienes se debe transmitir los beneficios que estas nuevas matrices energéticas o de agua desalinizada traerá a las zonas de influencia de cada proyecto”.
No obstante, en cuanto al objetivo de alcanzar la carbono-neutralidad al 2040, Chile cuenta con un gran factor a su favor, y es que “somos el segundo país emergente mejor posicionado para el desarrollo de proyectos de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), después de India (según la última edición del ranking Climatescope elaborado por Bloomberg, que compara el atractivo entre las naciones en desarrollo para este tipo de iniciativas). Esto se debe a la gran cantidad de radiación solar que se genera en el norte del país, y a la fuerza que alcanza el viento en ciertas zonas de nuestro país, principalmente en las cercanas al mar y al extremo sur, lo que nos brinda gran capacidad de generación de energía eólica. Y es justo la unión de estas dos fuentes de ERNC la que nos proporciona el volumen de energía que se requiere para la producción del hidrógeno verde a gran escala”, agrega Oñate.
ENFRENTAR LA CRISIS HÍDRICA
En lo referente al punto de “reutilización de residuos y uso eficiente de recursos” que establece la PNM2050, se hace urgente enfrentar la crisis hídrica que actualmente atravesamos como país, y en este sentido el sector minero tiene múltiples alternativas para alcanzar las metas trazadas, bien sea con el uso de agua de mar desalinizada (para lo cual contamos con un gran sector costero que nos permite acceder a este recurso), o implementar tecnologías que permitan optimizar el uso de agua que requiera cada proyecto.
Con relación a lo anterior, Oñate destaca que para lograrlo se hace imprescindible que las empresas mineras conozcan la oferta de proveedores con la que cuenta la industria a fin de establecer alianzas con partners estratégicos que entiendan verdaderamente la complejidad de cada proyecto y brinden soluciones acordes a cada requerimiento.
“En Black & Veatch contamos con más de cien años de experiencia en infraestructura crítica de agua y energía, y a la fecha, como ejemplo, hemos aportado al diseño y puesta en marcha de alrededor del 60% de las plantas desalinizadoras para la industria minera en Chile. Esto no quiere decir que nos hemos hecho cargo de todo, ya que son proyectos tan grandes que requieren de distintos consultores y contratistas en etapas específicas del proyecto. Nosotros apoyamos principalmente en el diseño, ingeniería, compra y comisionamiento; sin embargo, en nuestros últimos servicios nos estamos involucrando más con la etapa de construcción”.
TODO A FAVOR PARA LOGRARLO
Por último, Oñate añade que “también apoyamos fuertemente a las empresas mineras en el suministro de fuentes de energía renovable, ya sea solar, eólica o hidrogeno verde, donde ya estamos desarrollando servicios en Chile. También entregamos otras soluciones interesantes para el almacenamiento y distribución de la energía, como bancos de batería o pumping storage, que permiten hacer un uso eficiente, estable y continúo de las energías renovables, para lo cual analizamos y disponemos de distintas tecnologías en función de las necesidades de cada cliente”.
“Con todo lo comentado, queda claro entonces que la respuesta a la pregunta inicial sobre ¿cómo las empresas pueden alcanzar y tangibilizar las metas de la PNM2050? es que como país contamos con todos los factores a favor para lograrlo y convertirnos en un referente a nivel mundial de minería verde y sustentable. Tener este panorama claro y desarrollar Hojas de Ruta con estrategias bien trazadas, tanto de parte del Estado como de las mismas compañías mineras, es la clave”, finaliza Oñate.