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CEOs: Tecnología o un salto al vacío

  • Por Cristián Barrientos, Socio y Gerente General de SAMTECH

Cristián Barrientos, Socio y Gerente General de SAMTECH

Según la 25ª Encuesta Mundial de CEOs, elaborada por PwC que recoge la opinión de 4.446 máximos ejecutivos de 89 países, entre ellos Chile, un porcentaje importante de los CEOs mundiales (56%) le ha asignado un rol crucial a la automatización o digitalización de sus compañías, como parte de su estrategia de largo plazo.

Junto con ello, el estudio apunta a que los riesgos sanitarios (48%), seguidos de la volatilidad del entorno macroeconómico (43%), son algunas de las amenazas que más preocupan a la alta dirección, dado el impacto que tendrían en su negocio.

Sin lugar a duda, estas son preocupaciones que se han acrecentado en los últimos dos años, impulsadas por la pandemia e inevitables vaivenes, generados por cierres y aperturas y como resultado de la implementación de distintos esquemas de confinamiento inherentes a la crisis sanitaria global. A ello, se suma un grado importante de incertidumbre económica, social y política, que ha obligado a las compañías a ser extremadamente cuidadosas en su planificación estratégica, rápidas y eficientes en la puesta en marcha, ejecución y desarrollo de sus proyectos, además de ágiles a la hora enmendar el rumbo frente a la contingencia y hechos inesperados.

En ese sentido, hoy considero que existen 5 imperativos para que los líderes de las compañías enfoquen su gestión, éstos son:  Cultura y Desarrollo del Equipo, Continuidad, Seguridad y Eficiencia Operativa, Visibilidad de indicadores clave para la toma de decisiones, Capacidades de integración y Flexibilidad. Sin embargo, dada la desafiante realidad, estos imperativos no serán suficientes, si no se integra a la tecnología como un aliado y complemento para afrontar el escenario actual y lo que está por venir.

Así, la predictibilidad y visibilidad, de manera oportuna que puedan tener sobre sus negocios y desarrollos para mejorar su productividad y continuidad operativa, sumados a un monitoreo inteligente de sus procesos, serán claves. Junto con ello, la urgente necesidad de resguardar a un componente vital en su estrategia corporativa, como son sus colaboradores y, al mismo tiempo, cuidar y salvaguardar un elemento tan preciado como son sus activos, terminan siendo elementos vitales.

Sin embargo, por más que las empresas innoven e implementen claves, como las antes mencionadas, es muy importante que asuman que no todo puede ser estrategia, sino que lo que manda hoy es la ejecución. ¿Y cómo? A través de una adecuada adopción e implementación tecnológica, misma que les permitirá mitigar los impactos del cambiante ambiente de negocios y operaciones, logrando avanzar en el cumplimiento de sus planes de corto y mediano plazo.

Así, entender a la tecnología como un aliado será necesario para articular las herramientas que permitan generar un real valor y aportar al negocio. A modo de ejemplo, en empresas que basen su operación en el trabajo con flotas, el aporte de la tecnología permite logros concretos en aspectos tales como: identificar las necesidades de mantenimiento y operación a tiempo; visibilizar posibles fallas para evitar problemas de funcionamiento mayores; predictibilidad para reducir la inactividad; monitoreo constante para aumentar la eficiencia de flotas y equipos; lectura acorde y alertas tempranas para resguardar la seguridad de sus colaboradores; monitoreo permanente para detectar la ocurrencia de hechos que pudiesen afectar la operación; Seguimiento continuo de la realidad versus la planificación para minimizar costos, hacer  eficiente el uso de recursos y aumentar la productividad.

Por todo lo antes descrito, en un entorno tan líquido como el actual, con una normalidad dada por la incertidumbre, el no entender que la tecnología puede, y debe, asumir un rol relevante dentro de la estrategia corporativa, y la organización, es, sin temor a equivocarme, un verdadero salto al vacío y el negarse a una realidad que, querámoslo o no, vino para quedarse.

Asumirlo antes era una opción, hoy es una obligación.

 

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