- Por Silvia Riquelme Aravena, directora www.guiaminera.cl
Que Chile cambió no hay duda alguna. Nos adentramos en una nueva concepción cultural y valórica de nuestro pueblo, con sus esperanzas de grandes cambios puestas en Gabriel Boric Font, 36, el Presidente de la República más joven que ha tenido Chile, (aunque, como gobernante de nuestra Patria, hay que recordar que José Miguel Carrera fue Presidente de la Junta de Gobierno en 1811, a los 26 años).
El telón del gobierno de Sebastián Piñera cayó abruptamente después del 18 de octubre de 2019, ahogado por las protestas sociales, transformadas en una explosión delincuencial de saqueos e incendios de infraestructura pública y privada, que dejó pérdidas millonarias para el país, cientos de pymes quebradas, un avance incontrolado de la violencia con algunas víctimas que se erigieron como símbolos de atropello a los derechos humanos y dieron pie para abdicar en pro de la paz y de una nueva Constitución. Lo curioso es que, hasta la fecha, no ha habido paz y el país se ha polarizado mucho más. A esto se sumó la pandemia de Covid-19 y todas sus cepas, que se niegan a batirse en retirada y que obligaron al Gobierno a hacer uso de sus ahorros y endeudamiento para apoyar a la población de menores recursos que se vio confinada en casa en un “paso a paso” que ya cumplió más de 2 años.
A esto, habría que sumarle los problemas de migración en el norte o “invasión”, como la han denominado los habitantes de Colchane, uno de los lugares más afectados por la llegada de extranjeros -en su inmensa mayoría ilegales- a nuestro territorio.
El narcotráfico y la delincuencia en la capital con un sello nunca antes visto en la historia criminal de nuestro país, con portonazos, encerronas y asesinatos a plena luz del día han transformado nuestra vida ciudadana; mientras que en el llamado “Wallmapu” (territorio o país mapuche), el crimen organizado se ha infiltrado entre los mapuches que buscan recuperar tierras ancestrales usando estrategias de guerrilla, cayendo por sorpresa en faenas forestales y agrícolas, incendiando viviendas, galpones, iglesias, escuelas, maquinarias y vehículos. Sólo en 2020 se contabilizaron -según Ciper- 530 atentados, 448 vehículos destruidos (camiones, camionetas y maquinaria) mientras que las víctimas fatales ya llegan a una decena. El año 2021 vio recrudecer la violencia extrema y los enfrentamientos; y 2022 continúa con la escalada de destrucción, que afecta no solo a parceleros, empresarios y pobladores de la macrozona sur o zona roja, sino por lo menos a 3 regiones del sur de Chile, creando temor -terror en algunos casos- e intranquilidad permanente. Cae el telón.
SUBE EL OTRO TELÓN
Pero hay algo que nadie esperaba: la situación internacional. A todo el revuelo dentro de nuestras fronteras, hay que mencionar el conflicto entre Rusia y Ucrania, que está poniendo carga extra al manejo económico y nos tiene ad-portas de la Tercera Guerra Mundial, como sostienen algunos analistas.
En este escenario revuelto, sube el telón para dar paso al gobierno de Gabriel Boric Font. El magallánico que estudió leyes, pero no logró titularse, saltó como revolucionario estudiantil a presidente de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), luego a diputado; y ahora, a Presidente de la República, liderando a una generación de políticos de izquierda, decididos a transformar Chile de manera refundacional, según dicen sus aliados.
Con las banderas del indigenismo y del feminismo que propaga la ONU, conformó su gabinete con 14 mujeres y 10 hombres, siendo Mario Marcel, ex presidente del Banco Central, el ministro Huepe, la ministra Hernando y otros pocos, las excepciones en medio de la multicolor, informal y poco docta clase ministerial que ha impuesto el nuevo gobernante, entre los cuales destacan un promedio de edad de 43 años y 7 ministros entre 30 y 39 años. Definitivamente, una generación de millennials con mucho aire revanchista y refundacional, con un programa de Gobierno con énfasis especialmente en lo social, que ofrece mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginar lograr en sólo 4 años. Las expectativas de quienes apoyaron a Gabriel Boric en la elección presidencial son enormes y preocupan por esto. ¿Cómo calmar a las masas cuando exijan que se cumplan las promesas de campaña?
En el caso de la Araucanía, el gobierno de Boric ya optó. No renovará el estado de excepción que vence el 26 de marzo. Como señaló en su primera intervención ante los medios, el nuevo delegado presidencial regional de La Araucanía, Raúl Allard, se creará un «comité interministerial, conformado por representantes de los ministerios de Defensa, Desarrollo Social, Salud, Trabajo y Cultura, para viajar una vez al mes al Wallmapu y construir “la región que merecemos y necesitamos», estableciendo un diálogo con las comunidades en el territorio. Habrá que verlo.
En cuanto a la migración. Su posición es abierta para aceptar la llegada de nuevos inmigrantes. Hay que recordar que, en su segundo programa de Gobierno, Boric se comprometió a “establecer una política de migración segura, ordenada, regular y respetuosa de los DD.HH., ratificando el Pacto de Marrakech”; y agregó que habría un plazo de 4 meses para dar solución al problema, una de las grandes crisis que debe enfrentar. Los fondos para la creación de albergues para todos los que lleguen a la frontera de nuestro país en la zona norte, serán aportados por Acnur, la Organización Internacional para las Migraciones y Unicef, como dijo el sociólogo Eduardo Thayer, jefe programático de Boric.
MANEJO DE LA ECONOMÍA
En cuando a la Economía, Boric enfrenta una inflación anualizada de 7,8%, el mayor nivel desde noviembre de 2008, aumentando las expectativas de una fuerte alza en la tasa de política monetaria por parte del Banco Central, que veremos en la reunión del 29 de marzo próximo.
Asimismo, el nuevo gobierno se la jugará por una Reforma tributaria, que le permita recaudar del orden de 5% del PIB en los primeros cuatro años y 8% del PIB en régimen. En su propuesta está la desintegración del impuesto a la renta para las grandes empresas y sociedades de inversión, manteniendo el régimen integrado para las pymes, la reducción de las exenciones tributarias en diferentes niveles y el impuesto al patrimonio de personas naturales de alta riqueza. Adicionalmente se contempla un relevante incremento de la carga tributaria para la minería que alcanzaría a 0,8% del PIB.
Además, incluirá el aumento gradual de impuesto al CO2 desde 5 a 40 USD/tCO2, y ampliación de su alcance; el alza gradual del impuesto específico a los combustibles a 7 UTM/m3 en promedio a nivel nacional, eliminando las exenciones para industrias y transporte; el aumento y ampliación de la cobertura del impuesto a la primera venta de automóviles y varias otras medidas, que harán complicado el camino para muchas empresas y particulares.
En trabajo, su propuesta de un salario mínimo de $500.000 (hoy es de $350.000) y 40 horas semanales (en lugar de las actuales 45) pondrá en jaque especialmente a las pymes. “profundizaremos un trabajo en torno a los derechos fundamentales que aparecen relegados a una segunda categoría, como el derecho al tiempo libre –a descansar, a poder criar, a pasar tiempo con amigos y familiares, a acceder a la cultura y el deporte–, para que las personas no sean esclavas de sus trabajos. todo ello justifica, por ejemplo, la reducción de la jornada de trabajo como medida urgente”, dice en su programa. Maravilloso, en verdad. ¿Será posible?
Y agrega: “aseguraremos el acceso a servicios básicos inmediatos como agua potable, alcantarillado, electricidad e internet. A través del Plan de Emergencia Habitacional, responsablemente, lograremos reducir en un 40% el déficit actual, generando 65 mil viviendas al año desde el sector público.
Crearemos un “Plan de Emergencia Habitacional”: El Estado tendrá un rol activo en la adquisición de suelo urbano, facilitando que las familias se establezcan en sus territorios y barrios según sus necesidades, redes de apoyo, adecuación cultural, proyectos y ciclos de vida.
Realmente, el Programa que acompaña al nuevo Presidente de Chile es -como me dijo un cercano- “una carta al Viejito Pascuero”. Obviamente, «el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones», porque gente con buenas intenciones y poco conocimiento ha ocasionado un sinnúmero de desastres en la historia del mundo. Más aún, cuando la meta es a solo 4 años.
LA MINERÍA SABE A MIEL
El excelente precio del cobre y de otros metales ha puesto los ojos de Boric y de su equipo en la minería, como otra manera de recaudar recursos para poder resolver los problemas sociales de la población. En el Programa de gobierno, Boric mantiene su propuesta de la segunda vuelta, que promete:
1.Definir un nuevo rol económico de los recursos naturales, “pasando de la mera extracción a un uso eficiente de las rentas propias de cada sector”. Se promoverán políticas orientadas a posicionar la minería en Chile como un ejemplo, por su capacidad de conciliar la reducción de impactos locales con el desafío de contribuir con minerales de bajas emisiones a la lucha contra la crisis climática, manteniendo una relación armónica con las comunidades y los territorios donde se desarrolla.
2.Nueva gobernanza de salares para la gestión del litio, fomentando la participación de la industria, la academia y las comunidades, promoviendo la investigación e innovación y con protagonismo del Estado en su desarrollo. Se promoverá la creación de una empresa nacional de litio que desarrolle una nueva industria nacional de este recurso estratégico, con protagonismo de las comunidades y agregando valor a la producción.
3.Inversión en ciencia aplicada e innovación en minería para darle mayor valor agregado al cobre y a sus subproductos. También se pondrá énfasis en investigación y desarrollo que permitan acelerar la transición hacia una minería de bajas emisiones. Se promoverán iniciativas científicas para minimizar el impacto de relaves mineros y optimizar la exploración minera, incluido el desarrollo de la exploración de metales críticos para un desarrollo sostenible.
4.Royalty a la gran minería del cobre. El mecanismo será progresivo en precios: mientras mayor sea el precio del cobre y, por lo tanto, mayores las rentas económicas, mayor será la carga efectiva que enfrentarán las empresas. El royalty tendrá un componente ad-Valorem o tasa sobre las ventas, y otro componente sobre la rentabilidad operacional o financiera, para extraer rentas adicionales de aquellos yacimientos con menores costos. Se respetarán los contratos de invariabilidad tributaria.
5.Fortalecimiento de la Empresa Nacional de Minería (Enami) para que lidere un plan de fomento y desarrollo para la mediana minería, y especialmente para la micro, la pequeña y la minería artesanal, impulsando su modernización tecnológica e inversiones para dar mayor sustentabilidad a sus operaciones. Se buscará minimizar el impacto ambiental de la pequeña minería, implementando sistemas de reciclaje para desechos y maquinaria abandonada.
6. Fortalecimiento de la capacidad de fundición de cobre, para lo cual se impulsará la construcción de una nueva fundición que permita aumentar la capacidad local de producción de cobre refinado con altos estándares ambientales. Esto permitirá reducir la exportación de concentrado, habilitará encadenamientos productivos y movilizará empleo en rubros asociados al desarrollo minero.
7. Revitalización de la estrategia para la regularización de Pasivos Ambientales Mineros, buscando reducir el riesgo para el medio ambiente y las comunidades.
8.Promoción de inversiones en infraestructura compartida, para el uso de agua de mar en minería e impulso al uso de energías limpias en los procesos mineros e industriales.
RED COMPROMISO MINERO
A estas transformaciones hay que agregar uno de los puntos de mayor impacto en la vida de todos los chilenos. La nueva Constitución Política de Chile, cuya primera versión completa debiéramos conocer el 4 de julio de 2022, si nos ajustamos a los plazos originales que se les dio a los 155 convencionales constituyentes, hoy 154. Luego, vendrá el Plebiscito de salida.
En este cónclave con fuerte presencia de ambientalistas extremos y anti-minería, nuestro sector se enfrenta a la renacionalización del cobre, el litio, el oro y otros minerales.
Casi un centenar de organizaciones del ecosistema minero nacional unidas en la Red Compromiso Minero reunieron más de 24 mil firmas para presentar una Iniciativa Popular de Norma sectorial, que no se consideró, creando indignación e incertidumbre en el mundo de la minería.
Para nadie es un secreto la importancia que tiene para esta industria tener reglas del juego claras y estables para concretar inversiones de tan largo plazo como lo son las de minería. Con casi 70 mil millones de dólares en la cartera de proyectos sectoriales para los próximos diez años, el tema no es menor. Está en juego no solo el futuro del sector, sino el del país, pues la minería fue, es y seguirá siendo el principal sostén de la economía nacional.
Los próximos meses veremos a este Presidente sin corbata, aún en los actos más protocolares, guiando un buque con casi 20 millones (19.458.000) personas a bordo, sorteando un mar embravecido con un equipo de jóvenes inexpertos -con algunas excepciones- que inicia una difícil travesía. Conocemos el puerto de donde zarpa, pero no sabemos a qué puerto llegaremos ni cómo. Todos queremos que le vaya bien, si lo logra, todos ganaremos. Como diríamos en jerga marinera, le deseamos “viento a un largo”.