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Amoníaco: vuelta de mano a Chile para almacenamiento y transporte de hidrógeno

  • Por Gastón Fernández Montero, Abogado Especialista en Derecho Minero. 

Gastón Fernández Montero, Abogado Especialista en Derecho Minero. 

El amoníaco, que es un elemento químico, cuya molécula está formada por un átomo de nitrógeno y tres átomos de hidrógeno, le está devolviendo la mano al país.

Hace cien años dos químicos alemanes, Fritz Haber y Carl Bosch, encontraron una manera de utilizar el nitrógeno del aire para hacer amoníaco con lo que se hacen los fertilizantes indispensables para la alta producción de cultivos. Sin ellos, casi la mitad de la población del mundo no estaría viva hoy.

El amoníaco, además de fertilizantes, también sirve para fabricar explosivos.

Hasta el descubrimiento de ese proceso, nuestro país abastecía al mundo con su salitre natural. La prohibición impuesta para exportarlo a Alemania, en plena Primera Guerra Mundial, incentivó la búsqueda de una alternativa.

El proceso Haber-Bosch es tal vez el ejemplo más significativo de lo que los economistas llaman el sustituto tecnológico. Cuando se parece haber llegado a un límite físico, se encuentra la alternativa. Fue como alquimia, “pan del aire”. Haber- Bosch provocó un sustituto: en vez de más tierra hicieron fertilizante con el nitrógeno.

Pero ese descubrimiento, beneficioso para la humanidad, dejó llorando a los chilenos con la peor crisis económica de su historia a la que se unió la crisis mundial.

Pero, como “no hay mal que por bien no venga”, ahora, el amoníaco, vestido de verde, nos vuelve a visitar ofreciéndonos un venturoso porvenir.

El amoníaco verde se define como aquel amoníaco producido a partir de la reacción entre el hidrógeno y el nitrógeno atmosférico. Se considera un compuesto “verde” o no contaminante ya que su producción emplea fuentes de energía renovables y no genera CO2.

En este sentido, desde su misma producción el amoníaco verde se halla estrechamente unido al hidrógeno verde que ha sido producido mediante un proceso de electrólisis mediante electricidad renovable y empleando agua como materia prima.

El amoníaco verde ha originado 26 proyectos en estudio y desarrollo; y permitirá el almacenamiento y la exportación de nuestro hidrógeno y con ello la exportación de la energía de nuestro sol y de nuestro viento.

¡Bienvenido este regreso!

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